Trasplante de Médula Ósea
El Trasplante de Médula Ósea se utiliza para el tratamiento de tres tipos de enfermedades.
Enfermedades genéticas como por ejemplo la talasemia mayor.
Anemia aplásica, cualquiera que sea su origen, porque va a terminar destruyendo la médula ósea.
Enfermedades hematológicas graves, tales como las leucemias malignas.
El objetivo del trasplante, en cualquiera de ellas, es destruir las células malignas y sustituirlas por las células sanas de una médula normal trasplantada.
Tipos de Trasplantes
Principalmente son tres:
Trasplante singénico. Es aquel en el que donante y receptor son geneticamente iguales, como es el caso de gemelos idénticos.
Trasplante alógeno. Cuando donante y receptos tienen origen genético diferente.
Trasplante autólogo. Significa que se realiza la extirpación de médula sana del propio paciente para sustituir las zonas de médula enferma.
El donante se selecciona siempre mediante pruebas de histocompatibilidad.
El donante ha de gozar de buena salud y firmar obligatoriamente un consentimiento informado.
Preparación del Paciente
La preparación se efectúa para tratar de evitar, por parte del paciente, el rechazo del material trasplantado. Y se realiza con tratamiento a base de fármacos inmunosupresores, y con radioterapia, en aquellos casos en los que se necesita destruir totalmente la médula enferma.
Realización del trasplante
En primer lugar se aspira médula ósea de las crestas ilíacas del donante, en quirófano y bajo anestesia.
A continuación se administra al receptor la médula sana mediante infusión intravenosa.
Se ha de hacer soporte vital del paciente sin función medular, pues la médula trasplantada tarda en comenzar a funcionar entre una y dos semanas. Mientras tanto se administra al paciente, según los casos, plaquetas, o concentrado de hematíes. Todos los compuestos sanguíneos a utilizar, deben ser previamente radiados.
Las principales complicaciones, durante ese tiempo sin función medular, suelen ser las infecciones, por lo que al paciente se le realizan con frecuencia cultivos bacteriológicos.
Es importante que el trasplantado reciba una alimentación adecuada.
Pruebas de viabilidad del trasplante.
Si el trasplante es eficaz el paciente comenzará a mostrar en los análisis de sangre, un aumento de plaquetas, granulocitos y reaparición de reticulocitos.
Al principio, genéticamente, las células son del donante.
Complicaciones de un Trasplante
Tras un injerto con buenos resultados iniciales pueden aparecer complicaciones tales como:
Rechazo del injerto. Sucede con más frecuencia en pacientes con anemia aplásica.
Infecciones bacterianas tempranas, u oportunistas mas tardías.
Enfermedad aguda de injerto contra huésped aguda, por reacción inmunitaria de tejidos del donante contra los del receptor.
Enfermedad venoclusiva hepática.
Repetición de una leucemia.
Enfermedad injerto contra huésped de carácter crónico.
Otras complicaciones pueden ser miocardiopatía, cistitis, hemorragias, cataratas, encefalopatías, etc.
En general el Trasplante de Médula Ósea tiene un elevado porcentaje de éxitos, aunque la proporción es distinta dependiendo de la enfermedad que se trata.
El Tema: Trasplante de Médula Ósea, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelfono.es