Suicidio
El Suicidio es el acto por el que una persona se provoca la muerte de forma intencionada.
Si bien la definición de suicidio parece relativamente clara etimológica y conceptualmente el término resulta polémico. De hecho, más allá del Suicidio consumado, las Conductas Suicidas que aparecen en la clínica se presentan de forma muy diversa, responden a motivaciones distintas y requieren, por ello, de vías de intervención también diferentes
El Suicidio es una urgencia vital ubicada no sólo en un contexto biográfico de pérdida de la salud de la persona, sino también de debilitamiento de sus redes afectivas y sociales.
Por ello, el Suicidio no es un problema moral. Es decir, los que intentan suicidarse no son cobardes ni valientes, sólo son personas que sufren, que están desbordadas por el sufrimiento y que no tienen la más mínima esperanza.
La mayoría de los Intentos de Suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos intentos se llevan a cabo en una forma en la que el rescate sea posible. Estos intentos a menudo representan una llamada de auxilio. De hecho, son muchas más las tentativas suicidas que los Suicidios consumados. Lo único que quieren es dejar de sufrir y por eso pueden estar contentos de no haber muerto una vez que el sufrimiento se ha controlado
Epidemiología
El Suicidio constituye un problema de salud pública.
Según la Organización Mundial de la Salud cada año se suicidan en el mundo entre 800.000 y 1.000.000 de personas. lo que sitúa al Suicidio en una de las cinco primeras causas de mortalidad. Pero los intentos de Suicidio son 10 o 20 veces más numerosos.
Hay más personas que fallecen por su propia voluntad que la suma total de todos los muertos provocados por homicidios y guerras.
En España todos los años se producen de 2.500 a 4.500 Suicidios consumados y en torno a 25.000-50.000 intentos de Suicidio. La tasa de Suicidios consumados es seis veces mayor que la de víctimas de asesinatos (500-600) y tres veces mayor que la de víctimas de accidente en carretera, con la diferencia de que respecto a éstas no se percibe una reacción similar a nivel preventivo, por parte de la sociedad (Sáiz y Bobes, 2014).
Más allá de estas cifras oficiales, probablemente por debajo de las reales en un 10%-30% (Giner y Guija, 2014), el impacto psicológico de la Conducta Suicida alcanza directa y dramáticamente a los familiares del suicida.
El Suicidio es, probablemente, la muerte más desoladora que existe. A los supervivientes, además del dolor de la pérdida, les queda con frecuencia la vergüenza de revelar el motivo real del fallecimiento y el sentimiento de culpa por lo que se pudo haber hecho y no se hizo.
Conducta Suicida
En la toma de decisiones de una persona con Conducta Suicida hay tres componentes básicos:
a) En el nivel emocional, un sufrimiento intenso.
b) A nivel conductual, una carencia de recursos psicológicos para hacerle frente.
c) A nivel cognitivo, una desesperanza profunda ante el futuro, acompañada de la percepción de la muerte como única salida.
Causas de Suicidio
El Suicidio y los Comportamientos Suicidas generalmente ocurren en personas con uno o más de los siguientes factores:
Consumo de drogas o alcohol
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que cometen intento de Suicidio están buscando alivio a:
Sentirse avergonzados, culpables o una carga para los demás.
Los Comportamientos Suicidas pueden ocurrir por una situación o hecho que la persona ve como agobiante, tales como:
Enfermedades físicas graves o dolor
El desempleo o los problemas financieros
Los factores de riesgo del Suicidio en adolescentes incluyen:
Mientras que los hombres son más propensos que las mujeres a morir por Suicidio, las mujeres son dos veces más propensas a intentar suicidarse.
Los hombres tienen mayor probabilidad de escoger métodos violentos, como dispararse. Como resultado de esto, los intentos de Suicidio en los hombres tienen mayor probabilidad de terminar en muerte.
Los parientes de personas que intentan o cometen Suicidio a menudo se culpan o se enfadan. Pueden ver el intento de Suicidio como egoísta. Sin embargo, las personas que intentan cometer Suicidio con frecuencia creen erróneamente que están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo.
Es importante, en cualquier caso, llevar a cabo el diagnóstico diferencial entre el Suicidio frustrado y el parasuicidio. En el primer caso se realiza una planificación por adelantado, el método elegido es objetivamente muy peligroso y el sujeto se arrepiente claramente por no haber conseguido su objetivo. Así, por ejemplo, cualquier persona que planifique detenidamente su muerte o decida quitarse la vida ahorcándose, ahogándose o mediante el uso de armas de fuego o con saltos al vacío y no lo consiga, es muy probable que lo vuelva a intentar y lo logre.
El Tema: SUICIDIO. Epidemiología. Conductas Suicidas. Factores de Riesgo, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es