Opinión
Opinión Pública
La Opinión se define como el concepto que se tiene respecto a algo o alguien.
Se conoce como Opinión pública a la estimación general de una población acerca de un asunto determinado.
En filosofía, la Opinión es una proposición donde no se tiene la confianza del conocimiento, o sea, la Opinión admite la posibilidad de error porque no incluye evidencia plena, por lo que la Opinión se considera una afirmación con menor evidencia de la verdad que una certeza.
La Opinión suele ser asociada a los juicios subjetivos y/o a los intereses espurios de quien la emite.
También hay que distinguir entre una Opinión informada, o sea, que quien la emite primero ha verificado los datos y tiene conocimiento del asunto, y una Opinión desinformada que es aquella que carece de datos veraces que la sustenten.
Hay muchas personas que emiten Opiniones desinformadas sin pensar que eso no es Opinión si no que entra en el terreno del «cotilleo» y sobre todo sin pararse a pensar que pueden hacer mucho daño con falsedades.
Habría que tener en cuenta al emitir Opinión y sobre todo cuando se trata de Opinión pública, que ésta tiene consecuencias, puesto que puede inducir a un individuo o a un grupo de individuos a adoptar ciertos comportamientos.
Los seres humanos son educados para regirse por una conciencia moral. Para opinar, creer o tomar decisiones basándose en los conceptos BIEN o MAL. Pero estos conceptos tienen un gran componente de subjetividad. Por lo que cada uno tiene su propia moral que se basa sobre todo en experiencias. Pero también, en buena parte, en creencias y en opiniones ajenas.
Cada cual tiene su Opinión acerca de los partidos políticos, las empresas, el capitalismo, las religiones, etc. Una misma cosa o persona, situación o conducta, puede generar tantas opiniones como personas la observan. Dependiendo de quien lo mire y desde donde lo mire.
La moral se puede definir como nuestro dogma individual y un punto de vista sobre cómo deben ser las cosas. Por ello, en ocasiones intentamos imponer nuestras Opiniones sobre las de los demás. Porque una moral rígida te empuja a creer que el mundo debería ser como nosotros pensamos.
En estos casos, más que compartir, buscamos demostrar que tenemos razón. Éste suele ser el comportamiento de personas intolerantes y dogmáticas. Pero que solo demuestra su inmadurez emocional.
En este sentido de conciencia moral, el concepto de bien y mal que se tiene en la cabeza, sólo lleva a distorsionar la realidad. Y en ocasiones es la responsable de un buen número de conflictos que destruyen la convivencia.
Si se empieza a cuestionar el condicionamiento sobre el que se ha construido la moral personal, la comprensión y la sabiduría del individuo aumentan. De esta manera se puede construir nuestra convivencia ética. Y se comienza a entender que entre lo bueno y lo malo, lo blanco y lo negro hay numerosos matices de grises.
Así la conciencia ética se sustenta en la objetividad de las interpretaciones y la neutralidad de los pensamientos.
Desde el punto de vista de la conciencia ética puede surgir la Opinión que siempre tiende a ser una Opinión bien informada y emitida como algo propio. No como algo que se quiera imponer a los demás.
Más allá de que estemos de acuerdo o no con lo que sucede, debe prevalecer la postura de entenderlo. Este entendimiento nada tiene que ver con la resignación.
Al orientarse por la conciencia ética no se juzga moralmente al entorno, sino que se invierte tiempo y esfuerzo orientando la existencia al bien común. Y a ser como querríamos que fuera el mundo.
En materia de Opinión, la conciencia moral puede mover hacia Opiniones encaminadas a la división y a crear conflictos. O a perseguir motivos interesados de otros. En cambio, la conciencia ética guía hacia Opiniones informadas que aun con toda su subjetividad encaminen hacia la unión, la buena convivencia y el respeto.
El Tema: Opinión. Opinión Pública, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es