Humor. Sentido del Humor VIII. Técnicas del Humor

5 de marzo de 2013
Humor. Sentido del Humor VIII. Técnicas del Humor
Escrito por: Dra. Romero Martín

 

Sentido del Humor

Técnicas de Humor

El Humor Involuntario se produce cuando la persona responsable de las risas no tenía intención de provocarlas.

Esta forma puede ser visual (llevar la bragueta abierta mientras se hace un descanso) o verbal (una pareja hablando, el hombre pequeño con voz de falsete y la mujer grande con voz de tenor).

Es una Forma de Humor creada por muchos cómicos.

«Un médico visita a una paciente y tras examinarla dice al marido:-No me dice hoy nada bueno.

-Tiene usted razón, responde el marido, a mí hace veinte años que no me dice nada bueno.»

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La creación voluntaria del Humor puede ser ocasional o intencionada.

Es ocasional cuando se trata de una especie de observación espontánea, emitida sin pensar, que hace reir a los demás.

El intencional es un trabajo serio y deliberado que se crea para ser presentado al público.

«Una niña pregunta a su madre de dónde vienen los niños.

La madre explica lo de la semillita y cómo crece en la tripa…

Poco tiempo después la niña encuentra a una tía mayor y g0rdita y le dice:

-Tienes una tripa muy hinchada y yo ya se por qué.»

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Muchas formas de Humor se dirigen directamente a los sentidos primarios.

Provocan la risa la pantomima, la caricatura; esto es lo que se llama Humor no verbal.

«Un director de empresa arrellanado en el cómodo sillón de su lujoso despacho se dirige al anciano en traje de faena, que hace la limpieza:

-No hagas caso de los que dicen que hay trabajos malos, papá.»

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Un buen dibujante caricaturista es de las personas más valoradas dentro de la creación de Humor, porque es un trabajo que exige una gran habilidad y un talento especial.

«Entra una paciente en la consulta y le entrega al médico el recibo del agua de su domicilio.

-Tengo un gran problema, doctor, me mandan este recibo, yo no he consumido tanta agua y no pienso pagarlo.

-Pero señora, eso no se lo podemos solucionar aquí.

-¿Cómo que no? ¿No es usted responsable de mi salud? Pues este papel me ha puesto malísima de los nervios por lo que tendrá que arreglarlo usted.»

 

Rapidez del Humor

El Humor tiene una serie de claves y entre ellas está la rapidez. Una respuesta graciosa o aguda también tiene que ser muy rápida, y un chiste para que tenga más gracia debe ofrecer un desenlace que llegue de manera rápida y  brusca y, cuanto más absurdo sea ese desenlace, mejor será el chiste.

«Un marido vuelve a casa y encuentra a su mujer haciendo el amor con otro hombre.

-Ahora lo sé todo- exclama.

-¡Ah! ¿Sí? -Responde la mujer- Pues dime quién fue el XII faraón de la 5ª dinastía egipcia.»

Cada humorista tiene su técnica propia para hacer reír, pero en general  suele ser necesario dar un tiempo de reposo al auditorio entre chiste y chiste.

Pueden resultar muy graciosas las repeticiones de palabras nuevas, los gestos expresivos, las imitaciones de personajes conocidos, los juegos de palabras, los dobles sentidos, los cambios de papeles e incluso los silencios bien administrados.

«Soy inteligente y guapo, ingenioso y tolerante, y, por encima de todo, soy modesto».

Para que resulte bien la actuación humorística se ha de valorar para la emisión y la apreciación del chiste ciertos aspectos como pueden ser: La situación social de la calle, la imagen humorística del que habla, la apariencia cómica, la expresión de la cara, la declamación verbal, el contenido del chiste, así como el proceso de elaboración y de apreciación.

«He tenido un sueño espantoso esta noche: Que los científicos descubren un idóneo aprovechamiento de la energía solar. Y que a continuación llegaban los árabes ricos y compraban el Sol».

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«-Mire usted, doctor, me encuentro muy mal. Tengo tanto aire en la tripa que cuando me pongo a …. ya sabe, a echarlo, mi marido se enfada porque me dice que le estoy faltando al respeto.

-No será para tanto, mujer.

-Que sí -dice la mujer- hágase una idea. El otro día que dio gana en plena calle. Me puse a ver un escaparate y aproveché que pasaba un camión extralargo. Pues imagine cómo sería el pedo  que cuando pasó el camión yo aún seguía. ¡Me faltó camión, D. Juan, me faltó camión!

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