Hipocondría
Tratamiento de la Hipocondría
Los objetivos del tratamiento de la enfermedad van a ser:
Reducir el temor a la enfermedad y a la muerte del paciente, mediante la compresión de sus síntomas.
Reducir en lo posible los síntomas, la sensación de malestar, y la ansiedad y depresión asociadas explicando detenidamente al paciente lo que le está sucediendo.
Modificar su conducta respecto a sus malas sensaciones.
Se suelen utilizar psicofármacos para controlar la ansiedad y los síntomas físicos.
Lo más importante en el tratamiento de la Hipocondría es llevar a cabo una buena terapia cognitivo-conductual, en la que se plantean una serie de prohibiciones y de tareas para lo que es muy importante la colaboración de la familia del paciente. Las normas básicas van a ser:
No debe acudir a más médicos que al de cabecera y al psiquiatra psicoterapeuta cuando esté citado.
No acudir a urgencias ni hablar continuamente de salud y enfermedades, pues con el miedo se suele establecer un círculo vicioso en el que el miedo a la enfermedad causa unas malas sensaciones que a su vez son interpretadas como enfermedad.
Métodos de desensibilización a la enfermedad y la muerte imaginando situaciones temidas y evitadas, para que el paciente pueda aproximarse a ellas sin angustia y sin miedo.
Ejercicio físico y técnicas de relajación también son beneficiosos para el Hipocondríaco.
Complicaciones de la Hipocondría
En ocasiones pueden surgir complicaciones debido a alguna de las pruebas invasivas innecesarias a las que pide someterse el paciente, para buscar la causa de los síntomas. Además, puede haber:
Deterioro en la vida familiar y laboral por su obsesión con las enfermedades y las constantes visitas a consultas médicas.
Depresión y ansiedad permanentes.
Dependencia de analgésicos y sedantes.
Reglas para Afrontar el Miedo
Los investigadores Mathews, Gelder y Johnston proponen el siguiente ideario como una guía de utilidad para las personas con Hipocondría y con Miedo:
La persona afectada ha de tener presente que las sensaciones no son más que una exageración de las reacciones corporales que surgen de forma normal cuando se sufre estrés.
Esas malas sensaciones no son, en absoluto, perjudiciales ni peligrosas; solamente son desagradables. No le va a suceder en ese momento nada peor que la sensación que está notando.
Deja de aumentar el pánico con pensamientos aún más atemorizadores.
Observa lo que está sucediendo realmente en tu cuerpo en ese momento, no lo que temes que pudiera llegar a pasar.
Ten calma si es posible y espera. Hay que darse un tiempo para que el miedo se pase o al menos se mitigue. No luches en contra ni huyas de él.
Cuando dejes de aumentar el miedo con pensamientos negativos, él solo va a comenzar a desaparecer.
El principal objetivo para cualquier persona es aprender a afrontar el miedo sin intentar evitarlo. Piensa que el hecho de aguantarlo es una gran oportunidad de progresar.
Valora el avance que has conseguido cada vez que afrontas el miedo sin evitarlo, y consigues pensar en algo positivo. Y en lo satisfecho que estarás todas las ocasiones en que logres afrontarlo.
Cuando te vayas sintiendo mejor tras el ataque de pánico, mira a tu alrededor y planea qué es lo que vas a hacer a continuación. Sigue con tu vida y con tus actividades normales
Comienza de forma tranquila y relajada a retomar lo que estuvieras haciendo cuando llegó el ataque de miedo. No hay necesidad de esfuerzo ni prisas. Y si puedes, procura no pensar en ello o piénsalo de modo positivo, con satisfacción por haber sido capaz de superarlo.
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El Tema: Hipocondría. Hipocondríacos. Tratamiento, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna y Neurología, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es
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Para saber más sobre la Hipocondría
- Libros
“No hay noche que no vea el día”, de Giorgio Nardone. Herder, 2004.
“Hipocondría”, de María Dolores Avia. Martínez Roca. 1993.
- Películas
“La extraña pareja”, de Gene Saks. Paramount, 1968.
“Hanna y sus hermanas”, de Woody Allen. Orión Pictures, 1986.