Sexualidad en Personas con Enfermedades Crónicas
Es difícil definir Calidad de Vida debido a los numerosos factores que la determinan.
Se considera que Calidad de Vida es el resultado de una interacción compleja entre factores objetivos subjetivos.
Los Factores Objetivos son las condiciones externas que facilitan o entorpecen el desarrollo de la persona (económicos, culturales, ambientales, sociopolíticos, etc.).
Los Factores Subjetivos están determinados por la valoración de la propia vida que hace la persona.
La relación Calidad de Vida-Salud es recíproca. La Salud influye en la Calidad de Vida y la Calidad de Vida influye en los niveles de Salud.
Los factores subjetivos positivos de Calidad de Vida influyen positivamente en ésta y en el estado de salud física.
Los factores subjetivos influyen de tal manera que el paciente se sentirá más enfermo cuantas más limitaciones tenga para las cuestiones que el considera importantes, de acuerdo con la etapa de la vida en que se encuentra. Por ello es muy importante tener en cuenta la valoración que hace el propio paciente de su calidad de vida.
La Sexualidad es una de las cuestiones a valorar en este contexto.
La Calidad de Vida está ligada estrechamente a las aspiraciones y el nivel de satisfacción respecto a los aspectos en que un individuo desarrolla su vida.
El bienestar tiene que ver con la valoración del resultado logrado con una determinada manera de vivir. Por tanto los factores objetivos son importantes, pero es más importante cómo vive y valora el individuo estos factores o sus carencias, y del impacto que la enfermedad trae a su vida.
Al valorar la Calidad de Vida en relación con la Salud se han de tener en cuenta los siguientes parámetros:
-Situación física. Capacidad para realizar tareas.
-Sensación de bienestar. Sufrimiento psicológico o bienestar emocional, ansiedad, depresión, vida afectiva, relación familiar, etc.
-Función social. Situación en el trabajo o en el desempeño de tareas habituales, incluidas actividades de ocio.
-Síntomas, o experiencia subjetiva de la sintomatología si la hubiera.
-Función intelectual. Capacidad para pensar, aprender, razonar, recordar, concentrarse, etc.
-Evaluación de la propia situación.
-Problemas relacionados con el sueño.
-Vida sexual.
-Energía y vitalidad.
-Dolor, presencia o ausencia, grado o intensidad.
-Satisfacción personal según estándares de referencia externa.
-Situación familiar.
-Imagen, o valoración de la propia imagen.
Sexualidad y Calidad de Vida en Pacientes con Enfermedades Crónicas
El Funcionalismo Sexual es un proceso complejo en el que influyen múltiples factores que incluyen factores neurológicos, endocrinos, vasculares, factores psicosociales y muy en concreto la pareja sexual.
La mayoría de los pacientes con enfermedades crónicas tienen algún tipo de disfunción sexual.
Aunque la actividad sexual conlleva un cierto esfuerzo físico, pocas enfermedades obligan a anularla por completo.
Sin embargo en la mayoría de los casos las parejas deben modificar sus hábitos sexuales para adaptarlos a las situaciones nuevas a las enfermedades y a las limitaciones que éstas y en ocasiones los tratamientos de éstas, conllevan.
Las enfermedades crónicas tienden a alterar las fases de deseo y excitación, mientras que algunos tratamientos farmacológicos interfieren por igual en éstas fases que en las fases de meseta, orgasmo y eyaculación.
Una historia sexual adecuada de estos pacientes, con o sin su pareja, ayuda a que hablen de su vida sexual, a que expresen sus necesidades concretas y a que se dispongan a mejorar y trabajar ese aspecto de su vida, adaptándose a sus nuevas limitaciones, si las hubiera.
Algo importante a tener en cuenta, es que los cambios de horarios y los cambios a posturas más cómodas en la actividad sexual, son algunas de las propuestas más simples que si se llevan a cabo pueden mejorar de manera notable la vida sexual de una persona con alguna enfermedad crónica.
Es importante conocer qué medicamentos de los que tiene que tomar el paciente, interfieren en el funcionamiento sexual y de qué manera actúan.
No se debe restar importancia al factor psicológico en la respuesta sexual, tanto en mujeres como en hombres. El nivel de ansiedad que produce la enfermedad es variable y puede ir unido a las dificultades en la actividad sexual.
Es sabido que la Disfunción sexual y la Infelicidad conyugal están asociadas con frecuencia.
Hablar, expresar necesidades y sentimientos ayuda a superar las fases de menor deseo sexual o el temor de no llegar a complacer a la pareja o a hacer o hacerse daño.
Superar limitaciones físicas y sobre todo psicológicas es fundamental para llevar una vida sexual satisfactoria y mejorar la calidad de vida en el paciente con alguna enfermedad crónica.
El Tema: Sexualidad en Personas con Enfermedades Crónicas, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelfono.es