Sexualidad
Historia de la Sexualidad
Roma
En la cultura de Roma (también en la Griega) el acto sexual llegó a ser una manifestación religiosa. Son famosas las orgías dedicadas a Dionisio o Baco, divinidad masculina de la Sexualidad.
Con el tiempo estas orgías o bacanales perdieron su dimensión religiosa y quedaron como episodios festivos.
Por otra parte, en lo relativo a la religión, la mitología greco-latina está llena de aventuras sexuales de sus dioses, que no siempre terminan bien.
Otra costumbre era la prostitución sagrada.
La mujer ofrecía su virginidad o fertilidad a la diosa Venus a través de la unión con sacerdotes o con extranjeros. En el último caso, éste tenía que pagar una ofrenda a la diosa.
Con el tiempo esta costumbre se desvió a una simple venta del cuerpo de la mujer.
Los romanos, como los griegos, daban importancia a desarrollar una Sexualidad plena. Exaltaban el erotismo y educaban a los niños en el conocimiento de las funciones sexuales.
También en Roma se admitía la homosexualidad hasta la época de los estoicos en que se comenzó a criticar esta costumbre.
Como contrapunto también hubo una época en que Roma tuvo una moral puritana en los estamentos de la clase media.
Las vestales o sacerdotisas consagradas a la diosa del hogar, debían ser vírgenes de gran hermosura, las seleccionaban de niñas, servían a la diosa durante treinta años y después podían casarse.
Era un delito en ellas perder la virginidad y el castigo a tal falta era la lapidación.
Se podía tener relaciones sexuales con los esclavos.
Se condenaba la homosexualidad femenina.
La pederastia se limitaba a los esclavos.
En Roma se revaloriza el matrimonio dentro de la sociedad y comienza a regir una legislación respecto a la familia.
Entre los hombres romanos la masculinidad se expresaba no dejándose penetrar, no practicando felaciones y no besar jamás.
El dios Príapo se representaba con un pene descomunal y ese era el modelo de pene para los hombres.
En general el hombre podía mantener relaciones sexuales con la esposa, en casa con un esclavo, con una prostituta en el burdel o con un hombre en los baños. Solo era criticado si no sabía mantener cada cosa en su lugar.