Transmisión a humanos
Existen pruebas convincentes de que la enfermedad se trasmite a humanos a través del consumo de productos cárnicos contaminados, o del contacto con dispositivos médicos contaminados con priones de la EEB.
Se considera seguro el consumo de carne roja (es decir, de músculo esquelético sin hueso), de leche y de los productos derivados de la leche.