Cirrosis Biliar
La Cirrosis Biliar se produce por una obstrucción de los conductos biliares, prolongada en el tiempo, en algún punto de sus respectivos trayectos.
A su vez puede tratarse de una Cirrosis Biliar Primaria, debida a obstrucción o inflamación crónica de los conductos biliares situados dentro del hígado, o una Cirrosis Biliar Secundaria, cuya causa es la obstrucción de los tramos de conductos biliares que están fuera del hígado.
Cirrosis Biliar Primaria
Como se ha indicado, se produce por inflamación u obstrucción de los conductos biliares intrahepáticos.
No se conoce el origen, pero se atribuye a la existencia de una respuesta inmunitaria alterada, ya que con frecuencia está asociada a trastornos autoinmunes y a alteraciones en sangre tales como abundancia de linfocitos, elevación tanto de IgM como de criptoproteínas.
La enfermedad suele desarrollarse a lo largo del tiempo en cuatro fases progresivas.
Síntomas
En muchos pacientes la patología se detecta de manera casual, al encontrar fosfatasas alcalinas muy elevadas en un análisis de sangre rutinario.
Es menos frecuente en los varones. En la mujer hay mayor incidencia y suele comenzar entre los 35 y 60 años en un 90% de los casos.
El primer síntoma es el picor, limitado muchas veces a las palmas de las manos y a las plantas de los pies.
La mayoría de los pacientes no van a sufrir enfermedad progresiva, pero en los casos en los que la enfermedad avanza, aparece pronto cansancio y posteriormente ictericia, dolores óseos, déficit de absorción de vitamina A y K. Ceguera nocturna y problemas de coagulación.
El cuadro va a ir empeorando gradualmente hasta dar lugar a hipertensión portal y ascitis o líquido en el abdomen.
Diagnóstico
Se ha de pensar en una Cirrosis Biliar Primaria en una mujer con incremento de fosfatasa alcalinas en sangre y picor en las manos.
En general el diagnóstico se realiza mediante la historia clínica, exploración, analítica de sangre, estudio de vías biliares para intentar determinar la causa de la obstrucción, y biopsia con anatomía patológica de hígado y vías biliares.
Tratamiento
No existe tratamiento curativo para esta enfermedad.
En los pacientes la alimentación ha de ser baja en grasa y con total abstinencia de alcohol.
Se toman medidas orientadas a aliviar los síntomas mediante administración de vitaminas A, D y K.
Ha de tratarse la ascitis, la hemorragia digestiva debida a varices y la encefalopatía hepática, a medida que van apareciendo estas complicaciones.
El tratamiento de elección en fases avanzadas es el trasplante de hígado.
Cirrosis Biliar Secundaria
Aparece como consecuencia de la obstrucción del conducto colédoco o de alguna de sus ramas. Es decir, de las vías biliares situadas fuera del hígado.
Las causas más frecuentes en los niños son la fibrosis quística y la atresia biliar congénita.
En adultos, por lo general se debe a cálculos biliares, estenosis postoperatorias, colangitis y pancreatitis crónica, y tumores.
Síntomas
El cuadro clínico es muy similar al ya descrito de la Cirrosis Biliar Primaria.
Aparecen picor e ictericia en primer lugar. Posteriormente suele haber dolor en el cuadrante abdominal superior derecho y en ocasiones fiebre.
Los resultados de las pruebas hepáticas en sangre están alterados en mayor o menor grado.
Diagnóstico
Se realiza mediante historia clínica, exploración, análisis de sangre, pruebas de imagen para determinar la causa. Y biopsia con anatomía patológica, para conocer el grado de afectación hepática.
Tratamiento
El tratamiento más importante y eficaz suele ser el tratamiento quirúrgico dirigido a desobstruir los conductos biliares.
Cuando no es posible la desobstrucción, se realiza tratamiento específico de los síntomas a medida que estos van apareciendo.
El Tema: Cirrosis Biliar, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es