Valores Éticos en los Niños
La Ética estudia las actitudes que conducen a las personas a su desarrollo o, en su falta. a su destrucción.
En éste sentido el desarrollo de un Sentido Ético aumenta el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, lo que contribuye a mantener respeto haca el propio cuerpo, a la salud en general, hacia el medio ambiente etc.
Los niños son como esponjas que van absorbiendo conocimientos.
El primer lugar de aprendizaje es su casa y las primeras personas a imitar son sus padres. Por ello, los padres tienen la responsabilidad de enseñarles buenas costumbres que les ayuden a ser personas íntegras y responsables.
Para poder transmitir conocimientos y valores a los hijos, han de tenerlos los padres.
El proceso formativo continúa fuera de casa, con otros familiares, centros educativos, círculo de amigos y diversas experiencias como cine, lecturas, internet, etc.
Una de las tareas que se ha de enseñar al niño es a distinguir los diferentes niveles de realidad en sus juegos, lecturas, etc. y a cultivar la capacidad de ir más allá de lo inmediato.
El niño tiene la capacidad de pensar y se le debe enseñar a pensar bien, a ajustar su mente a otro tipo de realidades, a distinguir lo bueno de lo malo, a reflexionar sobre las ventajas o desventajas de cada actitud.
La enseñanza de la Ética es una tarea compleja porque no se trata sólo de transmitir conocimientos, sino que tiene que ver con las actitudes y el carácter de las personas.
En el Desarrollo Ético en los Niños, Kohlberg reconoce los siguientes estadios en el mencionado desarrollo:
I.- Preconvencional.
En él hay ausencia de reglas.
El niño solo trata de satisfacer sus deseos.
Su conducta se rige por la obediencia con el objetivo de evitar el castigo.
Lo que «está bien» es lo que le satisface y no conlleva una sanción.
Más adelante aprende a que otras personas pueden desear lo mismo que él, entonces «lo que está bien» es lo que le permite satisfacer el deseo y evitar conflictos con los demás, con los que debe compartir o negociar
II.- Convencional.
Aquí ya hay reglas.
«Lo que está bien» es lo que familia, amigos, profesores, etc, aprueban.
Aprende que hay reglas que es necesario aceptar, no porque esté mal no hacerlo, sino porque de esa manera se preserva la convivencia.
III.- Postconvencional.
En este nivel hay valores y principios en juego, que son el resultado de un «contrato social», y donde entran a formar parte los principios éticos universales.
Se ha de sostener el valor de la Ética sobre la práctica, el cumplimiento de las reglas, el cuidado y el respeto a los otros y las relaciones humanas en general.
Valores Éticos en la Educación de los Niños
Existen varias teorías sobre cómo enseñar Ética a los Niños.
La Dra. Michele Borba promueve diez consejos para enseñar Valores Éticos a los Niños. Son los siguientes:
– Comprometerse a criar un niño con Valores Éticos tiene que ser un compromiso de los padres.
– Los padres han de ser un fuerte ejemplo moral, porque ellos son los primeros y más poderosos maestros de los niños y se enseña con el ejemplo más que con las palabras.
– Se debe pensar en los Valores Éticos y buscar tiempo para explicarlos y compartirlos con los niños.
– Utilizar los momentos adecuados para enseñarle, cuando el niño esté receptivo y animarle a hablar sobre todo ello.
– Utilizar la disciplina como lección, siempre que sea necesario.
-Esperar y reforzar la conducta ética en los niños.
– Hacerle notar cómo su conducta puede afectar a los demás de manera positiva o negativa y la diferencia entre ambas..
– Apreciar y aplaudir sus buenos comportamientos y acciones.
– Ayudarle a establecer un orden de prioridades enfatizando las virtudes.
– Incorporar la regla de oro: «No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti». Los niños suelen comprenderla enseguida, y se les ayuda a saber ponerse en el lugar del otro..
Diego García y H Lejarraga proponen el siguiente modelo de enseñanza de la Ética para los niños:
– Utiliza la razón.
Los valores se pueden analizar y razonar.
– Utiliza la razonabilidad.
Se trata de encontrar las consecuencias y la prudencia de las acciones, su dimensión individual y social.
– Utiliza la escucha.
El interlocutor tiene sus razones que han de ser escuchadas.
– Utiliza la deliberación.
Dar razones al niño de los propios valores y como debe escuchar los de los demás, sobre todo los de los que van a estar afectados por alguna decisión. Se trata de buscar consensos.
– Diferencia entre lo que es de lo que debería ser.
Y cómo procurar aproximarse siempre a esto último.
En definitiva, se deben enseñar Valores Éticos a los Niños sobre los que ellos construyan unos valores morales que les servirán para ser en el futuro personas maduras, responsables más sanas física y psíquicamente y buenos ciudadanos.
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