Hepatopatía Alcohólica
El alcoholismo crónico es causa de alteraciones hepáticas, que pueden ser desde lesiones leves a una Cirrosis mortal.
El hígado graso alcohólico aparece en la mayoría de los grandes bebedores. Se trata de una lesión reversible al interrumpir el consumo de alcohol.
Si el sujeto continúa consumiendo alcohol, pasado cierto tiempo va a manifestarse una Hepatitis Alcohólica y, como fase final, una Cirrosis.
No se conoce con exactitud la cantidad de alcohol y el tiempo de consumo que llevan a la Cirrosis. Se calcula que el paciente ha de mantener al menos durante diez años un consumo diario continuado de 1,5-2 litros de vino, el equivalente de cerveza o ½ litro de brandy, whisky o similares.
La velocidad con que se metaboliza el alcohol está determinada genéticamente y es diferente en cada individuo.
Las mujeres son más susceptibles a las alteraciones hepáticas con menor consumo de alcohol y durante menos tiempo.
Síntomas
Como se apuntaba anteriormente, el hígado graso alcohólico está presente en casi todos los bebedores y apenas da síntomas. Aparece alteración de transaminasas en sangre y una discreta hepatomegalia, o aumento del tamaño del hígado.
La Hepatopatía Alcohólica se acompaña de manifestaciones variables, que van desde alteraciones leves como las del hígado graso a una insuficiencia hepática mortal.
Lo normal es que los síntomas comiencen siendo similares a los de una hepatitis vírica o medicamentosa. Aparece anorexia, náuseas, vómitos, malestar general, pérdida de peso, ictericia y molestias abdominales. En muchos casos hay fiebre. En todos se detecta un aumento del tamaño del hígado o hepatomegalia. Y alteraciones en la piel, como arañas vasculares o pequeños angiomas.
Los casos más graves se complican con aumento de tamaño del bazo (esplenomegalia), edemas, ascitis, o líquido en el abdomen, hemorragias y encefalopatía.
Mientras no existan complicaciones si el paciente deja el alcohol en esta fase se puede recuperar en gran medida, aunque lentamente.
Cuando aparece Cirrosis, en un 10% de los casos no existen síntomas de inicio, pero se van presentando progresivamente ictericia, cansancio, pérdida de peso, angiomas en piel, eritema en las palmas de las manos, atrofia muscular, aumento de glándulas parótidas, de hígado y de bazo, varices esofágicas, ginecomastia y atrofia de testículos. La Cirrosis ya no es recuperable, pero si se deja el consumo de alcohol el grado de lesión hepática puede estabilizarse y dar menos complicaciones.
En fases avanzadas aparece ascitis e hipertensión portal y se llega a la muerte por coma hepático. O por hemorragia digestiva producida por rotura de algún vaso varicoso del esófago.
Diagnóstico
Se realiza por historia clínica, pruebas de imagen y analítica de sangre.
Es la anatomía patológica la que determina el tipo y la gravedad de la lesión del hígado.
Tratamiento
Además de la abstinencia de alcohol, el tratamiento se establece acorde a los síntomas que vaya presentando el paciente.
El Tema: Hepatopatía Alcohólica, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es